REYES DE LA NOCHE...

BENVENUTI
EN REALIDAD QUIENES SON ESTOS SERES QUE DESDE TIEMPOS ANCESTRALES HAN FASCINADO A LA HUMANIDAD ..SERA ACASO EL DESEO DE VIVIR ETERNAMENTE A TRAVES DE LA SANGRE..QUE EN TODAS LAS CREENCIAS ES LA FUENTE DE VIDA MISMA...O EL DESEO DE PODER ,Y SEDUCCION ,QUE LOS MANTIENE VIVOS.............
ESTE BLOG LO HE CREADO POR QUE ME GUSTA LA UPIROLOGIA(VAMPIRISMO) Y TODO SOBRE ELLOS DESDE SUS ORIGENES ,MITOS, LEYENDAS,HISTORIA, EXPLICACIONES MEDICAS Y PSIQUIATRICAS , CJNE, LITERATURA ,VIDEOJUEGOS ,JUEGOS DE ROL..AQUI PODRAN ENCONTRAR MUCHA INFORMACION SOBRE ELLOS QUE HE RECOPILADO DE DIVERSAS PAGINAS ,,Y UNA QUE OTRA HISTORIA REAL???
SIN MAS DISCURSOS HAGO UNA INVITACION A LOS SERES DE OSCURIDAD A QUE SE REUNAN CONMIGO EN ESTE ESPACIO DEDICADO A LOS INMORTALES REYES DE LA NOCHE...

VAMPIROS :MITO O REALIDAD

VAMPIROS :MITO O REALIDAD

martes, 23 de octubre de 2007

BIBLIOGRAFIA DE VAMPIROS



Barber, Paul : Vampires, Burial and Death: Folclore and Reality. Yale University Press.1988. ISBN 0300048599
Bell, Michael E.: Food for the Dead: On the Trail of New England's Vampires. Carroll & Graf Publishers, 2001. ISBN 0786708999
Flo, Ferran y Ardanuy.: Vampiros. Magia póstuma dentro y fuera de España. La Luna Negra, 1994.
Bunson, Matthew: The Vampire Encyclopedia. Crown Trade Paperbacks, 1993. ISBN 0517881004
McNally, Raymond T.: Dracula era una mujer. McGraw Hill, 1983. ISBN 0070456712
Wright, Dudley: El Libro de los Vampiros. 1914 (disponible en varias reediciones)
Frayling, Christopher: Vampyres, Lord Byron to Count Dracula. 1991. ISBN 0-571-16792-6
Tratado sobre los vampiros. Agustín Dom Calmet. 1746.
Vampiros, el mito de los no-muertos. Noelia Induraín y Óscar Urbiola. Editorial Tikal. 1999
Vampire Chronicle. Historia natural del vampiro en la literatura anglosajona. Antonio Ballesteros. Editorial Unaluna. 2000.
Vampirismo, magia póstuma de los no-muertos. Miguel G.Aracil. Ediciones Arbor, Bastet y Protusa.
Vampiros, mito y realidad de los no-muertos. Miguel G. Aracil. Editorial EDAF. 2002.
Historias y leyendas de vampiros. Fritz Strafer. Editorial FERMA.
Un sueño de Drácula. Leonard Wolf. Panaeuropea de ediciones. 1972.
El misterio de Salem's Lot. Stephen King, 1975

EL VAMPIRO EN EL CINE


Ya en 1922 el vampiro fue llevado al cine por primera vez, bajo el título Nosferatu, una Sinfonía del Horror, con la genial representación de Max Schrecky dirigida magistralmente por F.W. Murnau. Desde entonces, el vampiro, como siempre inmortal, ha protagonizado incontables producciones cinematográficas y televisivas. Desde las películas Nosferatu y Drácula, se han filmado una infinidad de películas en cine y televisión sobre vampiros.
El vampiro-Drácula por excelencia en el cine de las primeras épocas ha sido el actor Bela Lugosi. Muchos comediantes incorporaron esporádicamente y en tono de humor la temática del vampirismo en sus producciones, tales como Los Tres Chiflados, Bud Abbot y Lou Costello.
Un toque de comedia negra era el poseído por la película El baile de los vampiros, en que cazadores de vampiros intentan destruir a varios de estos seres. Algunos sostienen que el posterior asesinato de la actriz Sharon Tate, figura femenina protagonista de esta película de Roman Polański, a manos del Clan Manson tuvo algo que ver con el irreverente tono del film de Polański sobre este tema oscuro.
La asociación con el vampirismo se dio también con algunos criminales sexuales y asesinos en serie, siendo el más representativo el caso de M, el vampiro de Düsseldorf, que inspirara un memorable film de Fritz Lang.
El cineasta John Carpenter también hizo un aporte a este género con su película Vampiros. Por otra parte, el género de acción también tiene un personaje vampiro, la película Blade con el actor Wesley Snipes está basada en el personaje del comic del mismo título, y trata de un cazador de vampiros contemporáneo.
Una de las más recientes adaptaciones cinematográficas de este género literario en cine es Inframundo (Underworld en inglés), la cual narra una antigua guerra entre vampiros y hombres lobo la misma fue exhibida en el año 2004 y en 2006 salió la secuela titulada Underworld: Evolution.
En televisión, y con intención de entretener a un público preferentemente adolescente, ha destacado recientemente la serie Buffy, la cazavampiros, de la cual se desprendió un personaje secundario (Ángel), en una nueva serie con el mismo nombre que su protagonista.
La serie canadiense El Señor de las tinieblas tuvo como protagonista a un vampiro de 800 años trabajando como detective de homicidios. Trabajaba solo de noche, tenía su refrigerador bien abastecido de sangre de animales, y poseía un coche clásico con un enorme maletero, para ocultarse del sol si el día lo sorprendía.
Una exitosa franquicia de animación japonesa titulada Vampire Hunter Do Hellsing tiene como protagonista a un vampiro. El cine de animación cubano produjo ¡Vampiros en La Habana!, una comedia sobre las aventuras de un vampiro adolescente cubano. Otra serie animada sobre vampiros ha sido El conde Pátula, un desopilante pato-vampiro que fue pensado para audiencia infantil.
La más importante revisitación del mito del vampiro se produjo a finales del siglo pasado. Una escritora norteamericana llamada Anne Rice publicó las Crónicas Vampíricas, una trilogía compuesta por las novelas Entrevista con el Vampiro, Lestat el Vampiro y la Reina de los Condenados, que después, dado su enorme éxito comercial y cinematográfico, ha continuado con secuelas como Memnoch el Demonio y Armand el Vampiro. Las Crónicas Vampíricas constituyen el último gran éxito de este personaje, que ha demostrado una vez más estar tan de actualidad como siempre.
No obstante, los vampiros de las Crónicas son seres de ficción adaptados al blando gusto de las sociedades contemporáneas, totalmente carentes de la maligna crueldad sin remordimientos de un Vlad Tepes. En las Crónicas, los vampiros se nos muestran como unos entes elitistas, posmodernos y confusos, sólo un poco pervertidos, con sentimientos de culpabilidad y humanizados, aptos para todos los públicos, sumergidos en el pensamiento filosófico de la Nueva Era. No destilan las gotas de maldad en estado puro que, en todas las culturas y civilizaciones, caracterizan al Draculae, el Dragón, el Demonio.

EL VAMPIRO EN LA CULTURA

La figura del vampiro se encuentra a lo largo de los siglos no sólo en Europa, sino también en Asia, América y Oceanía. El miedo es una de las fuerzas más poderosas que mueve a las personas, y la experiencia del temor a lo misterioso y desconocido se encuentra profundamente presente en la cultura de todas las naciones del mundo. En esta experiencia, la figura del vampiro, con sus evocaciones antropofágicas de telúrica espiritualidad pagana, irresistible sexo salvaje, sangre caliente derramada y gélida autoridad, ocupa un lugar central. En palabras de Albert Einstein, "fue la experiencia del misterio combinada con el miedo lo que engendró la religión". Pero también, siguiendo al famoso científico, "la experiencia más hermosa que se tiene a nuestro alcance es el misterio. Es la emoción fundamental que está en la cuna del verdadero arte y de la verdadera ciencia. El que no la conozca y no pueda ya admirarse, y no pueda ya asombrarse ni maravillarse, está como muerto y tiene los ojos nublados."

RELATOS DE VAMPIROS



El vampiro, Heinrich August Ossenfelder, 1746 (poesía).
El castillo de Otranto, Horace Walpole, 1764.
Leonore, Gottfried Burger, 1773.
Vathek, William Beckford, 1786.
La novia de Corinto, Johann Wolfgang Goethe, 1797.
Christabel, Samuel Taylor Coleridge, 1797.
Thalaba el Destructor, Robert Southey, 1801.
El Vampiro, John William Polidori, 1819.
La Lamía, John Keats, 1819.
Vampirismo, E.T.A. Hoffmann, 1828.
Berenice, Edgar Allan Poe, 1835.
La muerta enamorada, Théophile Gautier, 1836.
Varney, el Vampiro, Thomas Preskett Prett, 1847.
La Familia del Vourdalak , Alexei Tolstoi, 1847.
Le Vampire, Alejandro Dumas, 1851.
Carmilla, Sheridan Le Fanu, 1872.
La Tierra más allá del Bosque, Emily Gerard, 1888.
Olalla, R. L. Stevenson.
Drácula, Bram Stoker, 1897.
El claro del bosque, W. Fernández Flórez.
Soy Leyenda, Richard Matheson, 1954.
El osito de felpa del profesor, Th. Sturgeon.
Sueño del Fevre, George R. R. Martin, 1986.
Crónicas Necrománticas, Brian Lumley.
Crónicas Vampíricas una saga de 11 libros de Anne Rice
Cirque du Freak una saga de Doce libros de Darren Shan2003
Vlad, Carlos Fuentes, 2004
Crepúsculo de Stephenie Meyer, 2005
Luna Nueva de Stephenie Meyer, 2007
Eclipse de Stephenie Meyer, 2007
Cirque du Freak de Darren Shan
Vittorio, el vampiro de Anne Rice

EL VAMPIRO EN LA LITERATURA

Esto produjo un interés generalizado en los vampiros, que llegarían a ser comentados por personajes de la talla de Descartes y Rousseau.
Uno de los autores más importantes que han trabajado el vampirismo fue el monje benedictino francés Dom Augustin Calmet (1672-1757), abad de Senones, destacado exégeta e ideólogo de la Inquisición que escribió, entre otras muchas obras, un libro titulado El Mundo de los Fantasmas. En él se incluye el ensayo que lleva por nombre Negociación y explicación de la materia y características de los Espíritus y los Vampiros, y así de los retornados de la muerte en Hungría, Moravia, etc. Con esta obra, Calmet realizó la primera diferenciación clara entre los vampiros, por una parte, y los demás espíritus y demonios, por otra. El distinguido abad se preguntaba en este estudio si el vampiro está realmente muerto, mediante qué mecanismo es capaz de escapar de la tumba, y qué clase de energía mueve su cuerpo. Llegó a la conclusión de que, a pesar de su naturaleza maligna, los vampiros son seres creados por Dios. E indicó que el mero hecho de ser pagano era causa insuficiente para convertirse en vampiro, pues de lo contrario los romanos y griegos, que adoraban a dioses paganos, se habrían transformado todos en vampiros.
Otro autor famoso que trató el tema del vampirismo fue Montague Summers (El Vampiro en Europa, publicado por primera vez en 1929), quien realiza un recorrido de la presencia vampírica a lo largo de la historia, desde la Antigua Grecia hasta la época moderna, a través de los diversos países de Europa.
El legendario poeta inglés Lord Byron (1788-1824) escribió el poema épico The Giaour (1813). Aquí ya está presente la combinación del horror y de la lujuria que el vampiro siente y el concepto de los no-muertos que pueden pasar su maldición a los vivos. En 1816, Byron pasaba unos días en las orillas del Lago Leman (Suiza) junto a un amigo, el médico John William Polidori. Mientras se hallaban en lugar tan paradisíaco, dieron una fiesta a la que acudió el reconocido poeta Percy Shelley y su última mujer, Mary. Entonces se desató una tormenta alpina, y se vieron obligados a permanecer en el interior de la casa, contando historias de miedo. En un determinado momento, el ambiente se caldeó por el alcohol y varios de los presentes se retaron a escribir la mejor historia de terror y misterio de todos los tiempos. Mary Shelley empezó en ese momento a escribir la famosísima novela Frankenstein, un mito mefistofélico de nuestro tiempo; Byron redactó el citado fragmento, pero no llegó a completar la obra. Su amigo Polidori lo incluiría después en El Vampiro, un Cuento, novela publicada en 1819; irónicamente, la propia vida de Byron se convirtió en el modelo para el «señor Ruthven», el protagonista. Una secuela no autorizada de esta novela es llamada Lord Ruthwen ou les Vampires (1820) del autor francés Cyprien Bérard, la cual fue adaptada por Charles Nodier en el primer melodrama de vampiros teatral. También a principios del siglo XIX se estrenó en Leipzig la ópera Der Vampyr, escrita por Heinrich Marschner. Era el año 1828.
Drácula personifica la fascinación de lo prohibido y es una figura simbólica clásica para la sexualidad reprimida de todas las sociedades que oprimen de un modo u otro esta manifestación de la naturaleza humana; específicamente, la sociedad victoriana que Bram Stoker sufrió, era tan represora de la sexualidad que sólo era una cuestión de tiempo que Drácula renaciese.
La capa de terciopelo o cuero negro en el exterior y seda roja en el interior, quizás el más característico de los leitmotivs vampíricos, fue añadido por Hamilton Deane en 1924 para simbolizar al murciélago. Bela Lugosi, el actor que más brillantemente ha representado el papel del vampiro, exigió y consiguió que se le enterrara envuelto en su capa. Y hablando de actores, Drácula apareció en el teatro por primera vez en 1897, con la obra Drácula, o el No-Muerto escrita por el propio Bram Stoker. La première tuvo lugar en el Royal Lyceum Theatre de Londres. Más popular resultó la versión del ya mencionado Hamilton Deane, estrenada en 1923. El musical Tanz der Vampire se sigue representando en Viena.
Un escritor británico, Brian Lumley, desarrolló otra generosa aportación al género de los vampiros. En su serie del Necroscopio (las Crónicas Necrománticas) narra los enfrentamientos de su protagonista contra diversos seres de procedencia vampírica. Sin embargo Lumley se desmarca completamente de las convenciones del origen de los vampiros, y los presenta como parásitos que se sirven de los humanos (aunque también podrían parasitar animales si así lo desearan) para sobrevivir, mejorando biológicamente a su hospedador y otorgándole poderes

PATOLOGIA Y PSIQUIATRIA DEL VAMPIRISMO

Adicionalmente, se debería destacar un origen etiológico del mito que se repite con cierta frecuencia en la galería de monstruos del cine: las enfermedades mentales. Este apartado se refiere específicamente a la patología psiquiátrica.
La historia ha dejado una serie de personajes a los que se le ha atribuido una atracción patológica por la sangre humana. Desde el caballero Gilles de Rais (1400-1440), antiguo compañero de armas de Juana de Arco, que buscando en la sangre el secreto de la piedra filosofal torturó y dio muerte a unos 300 niños, hasta la ya conocida condesa Erzsébet Báthory, que supuestamente bebía sangre de doncellas para mantenerse joven.
El primer vampiro moderno fue el húngaro Bela Kisz que inició sus actividades en 1912 a raíz de la infidelidad de su joven esposa. Cuando se fue a la guerra dos años después y no volvió, se le supuso muerto, y al entrar en sus propiedades las autoridades descubrieron dos barriles metálicos con los cuerpos de su mujer y su vecina. Posteriormente, encontraron otros diecisiete barriles más con otras tantas mujeres en su interior que habían sido estranguladas; además, presentaban unas heridas en el cuello y no se halló ni una gota de sangre en sus cuerpos. Bela Kisz nunca fue encontrado, y se le consideró un desaparecido de la guerra.
La fama de vampiro la tuvo mayormente el alemán Peter Kürten (1883-1931), más conocido como "El Vampiro de Düsseldorf", que inició sus actividades de muy joven, torturando y matando a animales. A los cinco años intentó ahogar a un compañero mientras jugaban en una embarcación y a los nueve años preparó un accidente en el que murieron dos muchachos. Pese a sus maneras apacibles y su aspecto imperturbable y pese a ser considerado por sus vecinos como una persona seria, honesta y amable, fue condenado por diversos delitos como robo, asalto o deserción de sus obligaciones militares. Su primer homicidio, una niña de ocho años, tuvo lugar en 1913, y al final de su vida fue acusado de nueve asesinatos y siete intentos de asesinato. Murió sin arrepentirse de sus actos y sin sufrir remordimientos por ellos. Su pasión por la sangre le hizo decir antes de ser guillotinado: "Después de que me decapiten, podré oír por un momento el sonido de mi propia sangre al correr por mi cuello. Ese será el placer para terminar con todos los placeres". Esta historia fue llevada al cine como M, el vampiro de Düsseldorf de Fritz Lang (1931), donde Peter Lorre hacía una magnífica interpretación del asesino.
Otros asesinos han sido definidos como vampiros por su atracción por la sangre. Se puede citar a Martin Dumollard, quien mató a varias mujeres en Francia en 1861 y bebió su sangre. También en Francia en 1878 Joseph Vacher bebió la sangre de una docena de sus víctimas. En Italia, Vincenzo Verzenia asesinó a dos mujeres para beber su sangre y Eusebius Pleydagnelle mató a seis mujeres por el mismo motivo. En Polonia, Stanislav Modziellewski y Juan Koltrun, el llamado "Vampiro de Podlaski", obtuvieron fama porque bebieron la sangre de sus víctimas, al igual que el argentino Florencio Roque Fernández. En la década de los 70 fueron descubiertos el milanés Rantao Antonio Cirillo y Richard Trenton Chase, "El Vampiro de Sacramento", que según dijo necesitaba beber sangre para renovar la suya. La californiana Deborah Finch en 1992 que ingirió la sangre de su víctima tras un supuesto pacto suicida. John Crutchley que, entre otros asesinatos sangrientos, mantuvo prisionera a una de sus víctimas en 1985 para poder beber su sangre poco a poco. Marcello de Andrade que mató en 1991 a 14 jóvenes en Río de Janeiro para rejuvenecerse con su sangre. Magdalena Solís, una mujer mexicana que desarrolló una psicosis teológica al creerse una diosa y organizó un culto pseudo religioso y orgiástico con sacrificios humanos que terminaban bebiéndose la sangre de sus víctimas. James Riva, que fascinado por los vampiros desde los 13 años, mató a su abuela en 1980 para beber su sangre como método defensivo, pues creía que era una vampira que se alimentaba de él mientras dormía.
La lista es larga y continua con el famoso Fritz Haarmann "El Vampiro de Hannover" y seguir con Wayne Boden "El Vampiro Violador", Nicolas Claux "El Vampiro de París", etc. Así como otros que han sido apodados vulgarmente por la gente o mayormente por los medios de comunicación como "vampiros" o "dráculas".
Han existido también fraudes vampíricos en los asesinos en serie; el ejemplo más llamativo es el de John George Haigh, apodado como "El Vampiro de Londres", quien utilizó la imagen del vampiro para crear el terror en la mente de las personas y, pese a que no se encontraron evidencias de que bebiera la sangre de sus víctimas ni de que actuara bajo ningún tipo de compulsión por ella, alegó el vampirismo para que le declararan incapacitado mental cuando lo arrestaron en 1949.
Para poner el punto psiquiátrico final a este tema, cabe destacar a un "vampiro" que surgió recientemente influenciado de forma directa por el cine. Se trata de Allan Menzies, un joven escocés de 22 años adicto al cine que se obsesionó con la película "Queen of the Dammed" ("La Reina de los Condenados") de Michael Rymer (2002)basada en la novela homónima de Anne Rice, según declaró posteriormente a su detención tras matar a Thomas McKendrick (un amigo de 21 años que le facilitó la película por primera vez), vio la película más de cien veces durante ese mes y al final hizo un pacto con Akasha, la vampiresa interpretada por la fallecida cantante estadounidense Aaliyah, para que le convirtiera en inmortal si mataba a alguien. Cuando un día su amigo se burló e hizo comentarios sexuales sobre la actriz, Allan se abalanzó sobre él, le asestó 42 puñaladas y le destrozó la cabeza con más de 10 martillazos; finalmente se bebió su sangre y comió parte de su cerebro. Durante el juicio no se mostró arrepentido en ningún momento e insistía en haberse convertido en un vampiro inmortal; el juez dictó la sentencia en 2003 condenándolo a cumplir al menos 18 años en prisión sin posibilidad de salir en libertad condicional, opinando que era "un demonio, violento y altamente peligroso, no apto para estar en libertad". Este individuo aparecio muerto en su celda dandose la noticia el 15 de Noviembre de 2004. Se cree que se quito la vida.
Es de destacar que la psiquiatría se ha interesado por estos casos de conducta anormal donde hay una necesidad compulsiva de sentir o ingerir la sangre, existiendo o no el autoengaño creencial de ser un vampiro. Muchos han sido diagnosticados como psicóticos o esquizofrénicos, aunque otros han definido su enfermedad como lo que podría encuadrarse en el llamado "vampirismo clínico" y que se ha intentado renombrar como Síndrome de Renfield, en referencia al personaje enfermo mental y siervo de Drácula que aparece en la obra de Stoker, un comedor compulsivo de moscas y arañas cuyo fin era el de absorberles su fuerza vital.
Pese a que este síndrome no está establecido ni aceptado completamente por el mundo médico, el psicólogo Richard Noll, en su libro "Bizarre Diseases of the Mind" (1990), dice que suele producirse con mayor frecuencia en los varones, e intenta establecer una serie de fases en su desarrollo:
Infancia: el primer estadio suele producirse durante la infancia, cuando el niño se ve involucrado en un incidente sangriento en el que descubre la excitación de la sangre.
Autovampirismo: donde descubre el placer que le provoca la visión o el sabor de su propia sangre.
Zoofagia: donde pasan a probar la sangre de animales, siendo especialmente atraídos por los denominados animales de compañía.
Vampirismo clínico: es el estado más avanzado del síndrome, en el que pasa a ingerir voluntariamente la sangre de otros seres humanos mordiendo a las víctimas por placer, lo que les proporciona una enorme satisfacción hasta llegar al éxtasis, ya que el sabor de la sangre actúa para ellos como si fuera una droga